lunes, 23 de enero de 2012

De toros indultados y de grandes faenas

La tauromaquia tiene como una de sus principales características la fiereza del animal y su rendimiento en la arena. En realidad, no se puede concebir una buena tarde de toros sin la bravura, la casta y el embiste del astado.

Esto nos lleva a repasar corridas memorables en las que el toro se convierte en el protagonista de la tarde. El 6 de julio de 1944, “Ratón” un toro de la ganadería de Pinto Barreiro ofreció una excelente faena a Manolete, en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid.

Lo mismo ocurrió el 15 de mayo de 1966, en la misma plaza, pero esta vez teniendo como matador a Antonio Chenel “Toñete” con “Atrevido”, de la ganadería Osborne. Francisco Rivera “Paquirri” tuvo en suerte enfrentar a un toro que se lució al máximo también en Las Ventas. Fue con “Buenasuerte”, de la ganadería de Alvaro Domecq.

En cuanto a toros indultados que después de convertirían en sementales, tenemos a “Potrico”, de la ganadería de Pablo Romero, toreado por Andrés Hernando en la plaza de Barcelona. También “Navajito”, de la ganadería de Amelia Pérez Tabernero, que brindó una faena de lujo en la plaza de Segovia al matador Antonio Bienvenida.

No menos famoso es “Belador”, de la ganadería Victorino Martín, que fue indultado a manos de José Ortega Cano en la plaza La Ventas de Madrid, el 19 de julio de 1982. Y tampoco queda atrás “Descarado”, de la ganadería Victoriano del Río, que le tocó en suerte a Enrique Ponce la plaza de Nimes, Francia, el 1 de junio del 2001.

Finalmente, y no por ello menos importantes, el 20 de marzo del 2006, Miguel Ángel Perera indultó en la plaza de Valencia a “Harinero”, proveniente de los hierros de Fuente Ymbro, y el 21 de setiembre del 2008 en la plaza de Barcelona, el diestro español José Tomás indultó a “Idílico” de la ganadería Núñez del Cuvillo.

viernes, 13 de enero de 2012

Seguro ganadero en el Perú

Quienes nos vinculamos por años a la actividad ganadera, reclamábamos desde hace mucho un seguro ganadero que cubriera los siniestros ocasionados por diversas circunstancias que deben ser establecidas claramente en la póliza.

Los especialistas en seguros afirman que sí es posible contar con un seguro que cubra la pérdida de ganado por enfermedades o cualquier otra eventual situación de riesgo. Compañías como Mapfre y Pacífico reconocen que existen pólizas de seguro para ganado que muere a causa del friaje, por ejemplo, pero no por enfermedades como la fiebre aftosa.

Para estos casos lo que ocurre es que los ganaderos no denuncian la enfermedad de su vacunos pues interviene de inmediato el Servicio Nacional de Sanidad Agraria y obliga a sacrificar las reses a sus propietarios. Pero la idea es que también para estos  casos se pueda contar con un seguro que cubra esta y otras enfermedades.

Como se sabe, según el Código Civil, entre los bienes jurídicos, así como existen los bienes muebles e inmuebles, hay una tercera clase de bienes que se les denomina semovientes, donde se ubica al ganado y otros tipos de animales. Por lo tanto, al existir una legislación que les otorga derechos son pasivos de contar también con un seguro que los proteja.

En tal sentido como se trata de bienes patrimoniales que a la vez se convierten en capital de trabajo para los ganaderos, es tiempo ya que cuenten con un seguro que garantice no solo la inversión hecha por sus propietarios sino además la continuidad de la actividad ganadera, en caso ocurrir algún percance lamentable como un incendio o una inundación.

Por ahora, la Ley del seguro agrícola integral y ganadero está aprobada a la espera de su reglamentación y requiere de la opinión de especialistas que aporten conocimiento y experiencias previas en otros países ganaderos, como Colombia y Ecuador, con la finalidad de perfeccionarla e implementarla pronto.