Es una historia llena de esfuerzo, coraje y determinación para superar las adversidades y ser ahora considerada como la ganadería fundacional de los toros de lidia en el Perú.
Su padre, don Rafael Puga Estrada, fundó la ganadería La Pauca en 1949, que fuera considerada como una de las más grandes del mundo. Lamentablemente el gobierno militar de 1968 y su reforma agraria, dejó en ruinas lo que antaño fue un emporio ganadero de reconocido prestigio.
En 1981, con la vuelta de la democracia, Roberto Puga coge el pendón dejado por su ilustre padre y funda su propia ganadería. Luego de algunos desencantos propios de esta nueva aventura, decide viajar a España donde adquiere dos lotes de 25 vacas preñadas cada uno, de los herederos de Juan Pedro Domecq Diez y Alvaro Domecq.
Ahí comenzó la historia de éxito de Roberto Puga. Esta importación de reses fue la primera que se hizo luego de 27 años y se considera como el punto de partida para la crianza de toros de lidia en el Perú. Los frutos de esta selección empezaron a apreciarse en las principales ferias taurinas del país, tanto en novilladas como en corridas de toros donde más de un ejemplar resultaba indultado, reflejando de esta manera el inconfundible sello Domecq.
Es así que desde 1995, los ejemplares de Puga pastan en lo extensos potreros de la hacienda Montegrande, en el distrito de Salas, en la región Lambayeque, predominando los pelos colorado, negro y burraco, típicos de su origen.
El público tuvo la oportunidad de verlos en la arena de Acho en esta temporada 2011, con toda su bravura y esplendor, y no desentonaron en sus respectivas faenas.
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